La aparición de nuevas tecnologías es un fenómeno que siempre reacomoda los mercados laborales, por lo que muchas personas entienden que deben aprender nuevos talentos para mantenerse vigentes. Si bien puede sonar preocupante que millones de empleos desaparezcan, también es cierto que tecnologías como robots e inteligencia artificial crearán muchísimos más.
Así que esto no va sobre “pretender que las personas salgan de su zona de confort porque sí”, sino de arrojar algo de luz sobre lo mucho que incontables seres humanos se sorprenderían si decidieran abrirse paso a otras áreas al momento de indagar y buscar formas sobre cómo podemos optimizar aspectos cruciales en nuestras vidas, como por ejemplo nuestras finanzas personales o el esquema de sustentabilidad que mantiene a flote un emprendimiento. Aquí es a donde queríamos llegar, pues durante los próximos años nos enfrentaremos a cambios socioeconómicos y tecnológicos muy importantes. Es algo que ya se empieza a reflejar en múltiples industrias y así lo hemos reflejado, por ejemplo, en nuestras notas sobre e-commerce, un sector que no para de crecer y para el que cada vez se demandan cadenas de suministro más flexibles; de hecho, tecnologías como las criptomonedas y la inteligencia artificial jugarán un gran papel en la evolución que esta área tendrá en los próximos años, ambas para buscar anticiparse a las preferencias de consumo y lograr que exista una mejor retroalimentación con los consumidores.
Si te costó dar ese primer paso, si ya tienes claro el potencial de Bitcoin y las criptomonedas a largo plazo y has decidido confiar, el día de hoy podrás acceder a un compilado de conceptos que debes tener muy en cuenta. El mundo cripto es un lugar maravilloso, un espacio plagado de versatilidad y asombrosas libertades, pero también es uno que requiere de asesoramiento y responsabilidad individual. Si te seduce la idea de transacciones muy rápidas y seguras, la ausencia de intermediarios y, por supuesto, de que tu dinero tenga un efecto deflacionario, también debes tener en cuenta que todo esto implica dedicación y cuidado de tu parte. Acá no existe tal cosa como acudir a una autoridad centralizada y exigir algún tipo de reparación si cometes un error. Sin embargo, tal y como lo establecimos en nuestra nota sobre las precauciones al tener en cuenta si se decide incorporar criptomonedas en un pequeño negocio, los desafíos, por muy intimidante que este sector pueda parecer para los recién iniciados, no son imbatibles ni nada parecido.
Primero: ¿Qué es una criptomoneda? Es un activo digital desarrollado en torno a un cifrado criptográfico, es decir, la ciencia que se encarga del diseño de procedimientos para cifrar información de tipo confidencial. De ahí parte la arquitectura de todo este entramado, pues con la llegada de Bitcoin, allá por el 2009, quedó evidenciado el ímpetu por rescatar cierta característica que desde principios de la humanidad ha estado latente: la necesidad que tenemos como individuos de que cierta información no sólo se mantenga en secreto, sino de compartirla únicamente con un grupo específico. Esto se ejemplifica muy bien con las épocas de guerra, en las que el factor sorpresa era determinante para obtener ventaja sobre el enemigo; de hecho, la criptografía moderna nace durante la Segunda Guerra Mundial, inspirada en el trabajo del matemático Alan Turing.
¿Cuántas criptomonedas existen? Ese es un dato muy difícil de cuantificar. Acá puedes acceder a un listado de más de 8 mil criptoactivos y ver su capitalización de mercado, aunque hay fuentes que aseguran la existencia de más de 10 mil. ¿Por qué existen tantos proyectos? Porque, básicamente, cada persona que lo desee puede crear una criptomoneda, lo que las diferencia es la tecnología que hay detrás.
Blockchain, ese entramado digital que da vida a las cripto, aporta mucho potencial para crear incontables soluciones, como la simplificación de procesos logísticos en pro de eliminar burocracia dentro de la administración pública –reducir el riesgo de fraude en un proceso de votación y aumentar la eficiencia en la gestión de registros de propiedad intelectual son dos grandes ejemplos-, hasta algo más “simple” como el monitoreo de la seguridad en un edificio, controlando las entradas y salidas; Blockchain también tiene mucho que aportar en áreas como la sanidad –revolucionar todo lo que es la gestión de historiales médicos y mejorar la retroalimentación entre pacientes, especialistas y compañías de seguros-, bienes raíces –mantenimiento de bases de datos de propiedades de inmuebles y ventas de los mismos-, entretenimiento –no son pocos los artistas que han reconocido el valor de los NFTs para ofrecer arte digital y así conseguir más apoyo por parte de sus fanáticos- y, como no podía faltar, las finanzas DeFi y la industria e-commerce.
Algunos términos que necesitas conocer:
Token: es una unidad de valor similar a una moneda o a una ficha de casino, representando así una cantidad de dinero. La mejor forma de ejemplificar esto es con las siglas que se usan para la grafía de los estándares: ETH es el token de Ethereum, BTC el de Bitcoin, SOL el de Solana –por nombrar algunos ejemplos-.
Altcoin: significa “moneda alternativa” y hace referencia a los proyectos cripto que aparecieron después de Bitcoin. Si bien, al igual que Bitcoin, pueden ser utilizadas como reserva de valor y medio de pago, también tienen rasgos exclusivos como sus propios algoritmos de minería. Ejemplos de altcoins: BNB, Dogecoin, Polygon, Litecoin, USDC, Ethereum, USDT…
Diferencias entre criptomoneda, token y altcoin: esta es de las confusiones más típicas con las que cualquier iniciado suele encontrarse. Acá te la vamos a esclarecer. Lo primero que debes entender es que, aunque la gente utiliza la palabra “criptomoneda” para referirse a casi cualquier tipo de activo digital, el término como tal debería ser adjudicado a proyectos que se emiten dentro de su propia Blockchain, como Bitcoin y Ethereum. Cabe destacar que el concepto de token a veces va de la mano con el de criptomoneda, ya que el ETH se emite, valga la redundancia, en la Blockchain de Ethereum, mientras que CAKE, por el contrario, se ejecuta en Binance Smart Chain. Habiendo establecido la diferencia entre criptomoneda y token, podemos decir que no todos los tokens son altcoins, y a la vez no todos los tokens pueden ser considerados como criptomonedas, si no únicamente aquellos emitidos en su Blockchain nativa.
Sidechain: Blockchain alterna diseñada para complementar el funcionamiento de una Blockchain ya existente, consiguiendo que esta sea aún más eficaz. Aunque cuenta con una programación distinta a la Blockchain original, ambas son compatibles y por ello pueden enlazarse para incrementar seguridad y agilizar funcionamiento. Gracias a las Sidechain podemos realizar transferencias entre distintas criptomonedas, como de Bitcoin a Ethereum.
DApps: son las siglas de “Decentralized Applications”, lo que se traduce en aplicaciones que no están gestionadas por terceros y que permiten a los usuarios interactuar entre ellos por medio de tecnología Blockchain. Una forma de ejemplificar: ¿Conocen WhatsApp? Bueno, ¿Qué pasa exactamente cuándo enviamos un mensaje de Whatsapp a un amigo? El mensaje llega primero a servidores de Meta, empresa que almacena metadatos sobre nuestras comunicaciones, y luego llega a su destino. La idea con las DApps es que no exista una autoridad central y que los registros de la data sean distribuidos entre los mismos usuarios.
Stablecoin: es un tipo de activo digital emitido a través de contratos inteligentes, cuya función, por lo general, es mantener una paridad 1:1 con el valor del dólar estadounidense. Existen stablecoins amparadas por dinero fiat o por las mismas criptomonedas, proyectos de tipo híbrido, etc. –recomendamos la lectura de esta nota para mayor información-. Entre las más utilizadas están USDT, USDC, DAI y TUSD.
Smart Contracts: son secuencias de instrucciones que se almacenan y ejecutan dentro de una Blockchain –scripts que reflejan los términos de un contrato en específico-, programas que, si bien dejan un registro verificable, no comprometen la identidad de las partes involucradas. Nacieron con el objetivo de simplificar procedimientos y eliminar intermediarios. Recomendamos la lectura del siguiente artículo.
Wallet: es una especie de portafolio en el que podemos administrar nuestras criptomonedas, y sus conceptos primordiales son los de claves públicas y privadas. La llave pública no es más que la dirección que podemos compartir con nuestros clientes y amigos para recibir transferencias, mientras que la llave privada es la secuencia de datos que garantiza el acceso a nuestro dinero. Entre las wallets digitales o hot wallets destacan alternativas como Atomic Wallet, BlockWallet y Exodus, mientras que las wallets físicas o cold wallets llegan de la mano de fabricantes como Ledger y Trezos.
Exchange: es un servicio que nos garantiza la posibilidad de poder comprar, vender e intercambiar criptomonedas, realizar transferencias, hacer staking –dejar bloqueadas ciertas criptomonedas para así ganar recompensas-, entre otras operaciones.
NFT: quiere decir “Token no Fungible”. Se trata de un activo único, es decir que no puede ser intercambiado por otro de su misma clase. Imagina una obra de arte que tengas en tu sala, no podrías simplemente canjearla por otra ya que cada una tiene sus propias características y valor. Bueno, ocurre algo muy similar con los NFTs, los cuales han ganado mucha popularidad en los últimos años. Cualquier persona puede acudir a OpenSea y crear un NFT, que además puede ser calificado, usando un término práctico, como un criptocoleccionable –piezas como fotos, videos o música-, uno que por lo general se registra en la Blockchain de Ethereum.
¿Cómo comprar criptomonedas? ¿Dónde hacerlo?
Puedes comprar criptoactivos con dinero fiat o hacer intercambios en servicios centralizados conocidos como exchanges, entre los que destacan alternativas como Binance, Coinbase, Kraken y Bitfinex, además puedes hacerlo en algunas wallets virtuales como Trust Wallet y Atomic Wallet; también existen exchanges que no dependen de una autoridad central, como Uniswap, ApeX Pro, KyberSwap, Bancor y OKX DEX, pero debes tener presente que algunos de estos servicios, si bien poseen reputación y han crecido lo suficiente como para ofrecer beneficios competitivos como el staking y el farming, no brindan la posibilidad de transacciones fiat, ofrecen curvas de aprendizaje no muy amigables debido a interfaces poco intuitivas y tienen opciones de trading limitadas.
Podría decirse que, para el recién iniciado, es más sencillo realizar sus primeras compras e intercambios de criptomonedas en un exchange centralizado –es lógico que el usuario se vea atraído hacia este tipo de servicios debido a la popularidad de algunos, como por ejemplo Binance-, pero un error que no debes cometer es pretender que tu dinero se quede en uno de estos servicios por tiempo indefinido. Podemos entender que este mundo resulte un tanto intimidante, y por supuesto tenemos claro que cada persona aprende a su ritmo, pero es imperativo que, mientras das tus primeros pasos, comiences a informarte también sobre wallets digitales y hardware wallets.
Aunque la criptografía y el criptoanálisis ya habían demostrado su utilidad en incontables acontecimientos históricos, la aparición de las criptomonedas es, sin duda, el avance más trascendental y atrevido del área hasta la fecha. Es, en definitiva, un campo muy amplio, uno en el que se solapan disciplinas como las finanzas y la informática, por lo que es de vital importancia aprender y no quedarse atrás. Los criptoactivos ofrecen soluciones dinámicas, altos niveles de seguridad, rapidez y transparencia. Son un escudo de alta calidad para luchar contra la inflación y los problemas económicos de estos tiempos, y, por si fuera poco, nos acercan a la independencia financiera.
¿Se puede pedir más? Creo que no. O puede que sí… Es muy factible que el camino que has recorrido sea lo suficientemente valioso como para desear, ya mismo, un proyecto que tenga nuestra firma. Porque déjame decirte que no sólo podrás adquirir criptomonedas a través de los métodos ya explicados, sino que te será posible hacerlo en una plataforma que aprovechará lo mejor de los contratos inteligentes: Hamza.biz, un ecosistema que buscará impulsar el token LOAD mediante recompensas, además de pavimentar el camino para que empresas que ahora mismo operan en la Web 2.0 comprendan realmente el potencial que posee la Web 3.0, también conocida como la tercera generación de Internet o “web descentralizada”. La idea es que todo funcione de manera más democrática y transparente, así de simple.