Bitcoin es, por méritos propios, la iniciativa más emblemática dentro del mundo cripto. Recién ingresados, gente experimentada en el sector, la prensa… Todos hablan de ella. ¿Y cómo no hacerlo? Si fue el proyecto que dio inicio al mercado de activos criptográficos… Ya ha quedado en los anales de la historia. Ahora, es cierto que existe otro representante de ese mercado al que le debemos mucho, un ecosistema que trajo consigo una serie de innovaciones que han ampliado significativamente el alcance y las capacidades de las criptomonedas. Ese proyecto al que me refiero no es otro que Ethereum, una concepción de Vitalik Buterin en 2013, con el fin de crear una infraestructura para aplicaciones descentralizadas (dApps).
La criptomoneda líder siempre tendrá un lugar en el debate, eso nadie lo duda. No obstante, la industria fue otra después de la llegada de Ethereum, tanto que en la actualidad es de lo más gratificante hacer un ejercicio de memoria y tomar nota de lo que se ha construido a partir de ahí. Bitcoin lo cambió todo, sí, pero era necesario otorgar a los desarrolladores más posibilidades. La bola de nieve comenzó a crecer después de una legendaria conferencia sobre Bitcoin en Miami (2014), cuando Vitalik presentó el proyecto y capturó la atención de los presentes. Al poco tiempo ya se habían unido otros cofundadores, como Gavin Wood, Anthony Di Iorio, Joseph Lubin y Charles Hoskinson.
Ethereum lanzó su Oferta Inicial de Monedas (ICO) aquel mismo año, superando los 18 millones de dólares en Bitcoin… Dos años después llegó su actualización más importante hasta esa fecha: Homestead, con la que se introdujeron múltiples mejoras en la estabilidad y la seguridad de la red. Fue en 2016 cuando se dio uno de los hackeos más famosos de la historia cripto: el ataque del DAO, crimen que derivó en el robo de aproximadamente 50 millones de dólares en ether. Para revertir este suceso, la comunidad de Ethereum decidió realizar un hard fork y esto resultó en la creación de dos cadenas independientes: Ethereum (ETH) yEthereum Classic (ETC).
Claro está que la evolución de Ethereum no terminaría ahí, pues 2017 fue testigo de dos grandes eventos: el primero fue la parte I de una actualización de mucha relevancia, la cual llegó bajo el nombre Byzantium –la parte II, Constantinople, llegaría en febrero de 2019-, y, el segundo, el boom de CryptoKitties, el juego de los simpáticos gatitos que despegó el interés por los NFT. Más tarde, en 2020, se comenzó a preparar el terreno para la etapa que vivimos ahora mismo, cuando se propuso Ethereum 2.0: una actualización para que la red migrara del algoritmo de consenso Proof of Work (PoW) a Proof of Stake (PoS), fusión que se dio en septiembre de 2022 y que le ha valido a Ethereum reducir el consumo de energía en un 99.95% en comparación al sistema PoW.
Después de una pequeña reseña histórica, es momento de hablar, punto por punto, sobre lo más representativo que nos ha dado Ethereum. Si no fuera por este proyecto, Loadpipe y cientos de iniciativas de lo más interesantes no existirían, por lo que redactar esta nota era casi como un compromiso para nosotros. A continuación, cinco aspectos clave que la comunidad cripto le debe al proyecto de Vitalik Buterin:
1. Smart Contracts:
Probablemente la innovación de mayor importancia introducida por Ethereum. Hablamos de una herramienta que surgió para agilizar tratos entre las partes involucradas, garantizando mayor seguridad, confianza y transparencia. ¿Qué son exactamente? Códigos informáticos que se ejecutan en la Blockchain, con el objetivo de que se cumplan acuerdos una vez que se dan específicas condiciones. El potencial de los smart contracts es prácticamente infinito y garantiza mayor productividad en múltiples industrias, como por ejemplo el mercado inmobiliario –haciendo que el registro de los inmuebles sea más eficiente-, la creación de patentes y en el sector de la salud –en lo que se refiere a un almacenamiento más eficiente de los historiales médicos-.
2. Aplicaciones Descentralizadas (dApps):
Son aplicaciones basadas, precisamente, en smart contracts, y un gran ejemplo de la alegría que hoy podemos sentir al apreciar el gigantesco entorno descentralizado al que ha dado vida Ethereum –gracias al apoyo en los contratos inteligentes se han creado mercados descentralizados, redes sociales, juegos y mucho más-… Las dApps son de código abierto, recompensan a los contribuyentes con tokens exclusivos, no están intervenidas por terceros y pueden aplicarse a casi cualquier industria, garantizando que los usuarios puedan tener la misma experiencia amigable que con las aplicaciones tradicionales, pero sin que sea a costa de su privacidad.
3. Finanzas Descentralizadas (DeFi):
Prestamos, ahorros, trading… mucha gente se sorprendería al percatarse de que sí es posible encontrar alternativas para beneficiarse de esos servicios por los que suelen acudir a las entidades centralizadas. Las DeFi ofrecen soluciones accesibles, libres de terceros, transparentes e interoperables, promoviendo así un futuro mucho más inclusivo en lo que a finanzas se refiere, ya que se busca romper la dependencia de las personas hacia los intermediarios financieros de toda la vida. Para marzo de 2023 ya había reportes que reflejaban un sector DeFi de más de 100 mil millones de dólares, por lo que la evidencia es contundente: este mercado no para de expandirse.
4. Estándares ERC:
Ethereum introdujo el estándar ERC-20 para la implementación de tokens en su Blockchain; de hecho, este es el esquema más utilizado para crear cualquier proyecto de este tipo –USDC, USDT, LINK, DAI, WBTC…-; además, Ethereum puede presumir del formato ERC-721, conocido como el epicentro de los tokens no fungibles (NFTs), los cuales han revolucionado industrias como el arte –música, pintura-, la moda, los deportes y los videojuegos, permitiendo a millones de creadores acceder a nuevas formas para monetizar su trabajo.
5. DAOs (Organizaciones Autónomas Descentralizadas):
Así como es posible llevar registros inmobiliarios o certificaciones de salud a través de reglas codificadas en contratos inteligentes, también es factible hacerlo con una empresa. Las DAO son pequeñas organizaciones que ofrecen un esquema diferente al modelo jerárquico tradicional, ya que funcionan sin la necesidad de una gestión centralizada; es decir, las decisiones son tomadas por los miembros de la compañía a través de un sistema de votación, y posteriormente ejecutadas por los smart contracts cuando se cumplen las condiciones. Esto reduce la necesidad de intervención humana y minimiza el riesgo de errores, automatizando tiempo y ahorrando costos.
Ethereum ha transformado profundamente el ecosistema cripto y la tecnología Blockchain, así de simple. El proyecto de Vitalik Buterin no solo ha complementado a Bitcoin, sino que ha sido el catalizador de varias innovaciones que continúan moldeando el futuro de la tecnología descentralizada. Su impacto es evidente en múltiples sectores, como las finanzas, la salud y el entretenimiento, y estamos seguros de que seguirá conquistando escaños en los próximos años… Larga vida a Ethereum.
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