Cuando hablamos de inteligencia artificial (IA), surge una conversación propensa a rozar polémicas… No debería ser así. Lo que en estos tiempos ya se siente como una tecnología de lo más atractiva y revolucionaria, es el resultado de múltiples décadas de esfuerzo y atrevimiento. Así sucede con cada pieza de innovación capaz de influir en nuestras vidas y cambiar paradigmas sociales y económicos. Cientos de profesionales ponen el alma en el desarrollo de nuevas herramientas, no para promover pereza en nuestras sociedades sino para permitirles a los usuarios retroalimentar sus talentos y conseguir un mejor desempeño. Hay personas que piensan en la inteligencia artificial (IA) como un instrumento ideal para promover la falta de empatía y el desborde de la individualidad, cuando lo que ocurre es precisamente lo contrario. El desarrollo de IA se traduce en nuevos puestos de trabajo y la optimización de procesos productivos, lo que permite a muchísimos usuarios hacer una mejor gestión de su tiempo.
Todo pasa por adaptarse. No hay vergüenza en sentirse intimidado con los cambios que engloban computación y finanzas, ni mucho menos en no simpatizar con el discurso de la adaptación, al menos no en un primer momento. No obstante, una vez que las nuevas tecnologías alcanzan un mayor nivel de madurez, lo ideal es que los menos entusiastas no esperen más y analicen las cosas en frío, preguntándose cómo pueden formar parte de aquello que ha llegado para quedarse. La IA, al igual que cualquier otra tecnología, no sale a la luz gracias a que miles de desarrolladores estuvieron, durante muchos años, conspirando para tratar de excluir a la mayor cantidad posible de gente. Ningún desarrollador busca que las industrias desechen fuerza productiva, sino más bien entregar una invitación, abrir la puerta a un mundo de nuevas y excitantes posibilidades… Queda de nuestra parte si decidimos aceptarla o no.
“Dentro de una generación… la cuestión de poner una máquina a pensar será resuelta”
-Marvin Minsky (1961), cofundador del Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT.
¿Qué era lo que decía Seneca? “No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va”. Ya en la década de los sesenta se crearon los primeros ejemplos de chatbots. En aquellos años, Joseph Weizenbaum desarrolló ELIZA, un programa informático que simulaba una conversación terapéutica con el usuario. Si nos vamos un poco más atrás, encontramos que el icónico Alan Turing, en 1950, publicó su artículo “Computing Machinery and Intelligence” (“Máquinas de Cómputo e Inteligencia”), en el que abordaba la tesis sobre el pensamiento de las máquinas y proponía el sondeo que finalmente pasó a la historia: el “Test de Turing”, con el que se buscaba responder si las máquinas podían tener un comportamiento indistinguible al de un ser humano. Lo cierto es que, así como Turing y Minsky, son muchos los computistas que tenían ideas acertadas sobre el futuro. Herbert A. Simon, John McCarthy, Arthur Samuel, Donald Michie y Frank Rosenblatt son dignos de nombrar. Lo que hoy comenzamos a dilucidar, de una manera casi cotidiana, es el resultado de un largo camino.
Pero basta con la lección de historia, es momento de adentrarnos en nuestro campo y explorar cómo la IA puede repercutir positivamente en el sector e-commerce apoyado en Blockchain y las criptomonedas. Ya en la nota previa habíamos dado ligeras pinceladas en torno a este tema, pero en esta ocasión queremos nadar en aguas de mayor profundidad –algo que nos encanta conforme escribimos más artículos-. Personas de bien, como tú, querido lector, y yo, somos los más interesados en que la tecnología Blockchain se aproveche con toda la eficiencia posible, en pro de que los usuarios ya no dependan de una autoridad central. Blockchain está para reducir fraudes y ataques cibernéticos, aportar registros claros e inmutables, y, por supuesto, transacciones baratas y tiempos de liquidación óptimos. ¿Su herramienta estrella? –al menos, una de tantas- los contratos inteligentes, los cuales, en el sector e-commerce, pueden liberar pagos una vez cumplidos los criterios establecidos entre compradores y vendedores, lo que contribuye a generar confianza. Para más información, recomendamos leer esta nota.
Dentro del modelo convencional de e-commerce, existen algoritmos que funcionan para recomendar productos y servicios a los usuarios en base a sus preferencias. Los algoritmos de Deep Learning son utilizados para aprender patrones complejos y representaciones jerárquicas de los productos. Aunque estos esquemas han demostrado ser efectivos, la evolución de la inteligencia artificial (IA) podría llevarnos a modelos que combinen diversas técnicas de procesamiento. Esto se traduciría en algoritmos capaces de una mejor interpretación de contextos dinámicos y respuestas más efectivas para solventar preocupaciones de privacidad.
Acá surge otro punto interesante: la seguridad. Y es que, por medio de sistemas basados en IA, sería posible detectar comportamientos sospechosos y prevenir fraudes en tiempo real, bloqueando operaciones y notificando a los usuarios sobre verificaciones adicionales; también se podría ofrecer un reconocimiento facial y de huellas dactilares más preciso, en pro de agregar una capa adicional de protección a las transacciones. Ahora, bien es sabido que los cibercriminales se mantienen en constante aprendizaje y mejoran sus técnicas con una velocidad inusitada. La IA puede aprender sobre incidentes pasados y ajustar sus patrones para dar pelea a nuevas amenazas.
Brindar seguridad y experiencias personalizadas no son los únicos aspectos que constantemente se buscan mejorar en un e-commerce. Todo comerciante sabe que la gestión del inventario puede suponer un verdadero dolor de cabeza, pero también que, para garantizar que la empresa goce de buena salud, es esencial que exista un control de la demanda verdaderamente efectivo. Una mala gestión del inventario puede traducirse en pérdida de ventas, costos innecesarios de almacenamiento e incluso problemas con los proveedores. Implementando IA se podrían analizar múltiples factores vinculados al comportamiento del mercado, como compras que son tendencia, eventos comerciales, predicciones de demanda futura e incluso extender el análisis a la cadena de suministros, logrando que los procesos de adquisición y producción sean más eficientes.
Adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado es algo vital para evitar situaciones desagradables. Acá entran a relucir los algoritmos de precios dinámicos basados en inteligencia artificial (IA), los cuales pueden ser utilizados para lograr una comprensión minuciosa sobre cómo determinados factores influyen en la demanda y los precios. Esto va sobre analizar la oferta y demanda actual e incluso las estrategias de precios que ofrece la competencia, para así, creando un nexo entre la información recopilada, ajustar costos en tiempo real y ofrecer beneficios como descuentos personalizados y programas de recompensas. La optimización de precios dinámicos busca que las empresas puedan mejorar sus ingresos y mantenerse competitivas.
Cuando se trata de atención al cliente, vale la pena recordar por qué los chatbots lograron convertirse en un instrumento muy común –su uso no se traduce en restar importancia a la intervención humana ni nada similar-. Gracias a los chatbots es posible resolver consultas comunes las 24 horas del día, lo que sin duda genera confianza, pues nada más tedioso que enviar un ticket y leer un anuncio que te dice que debes esperar entre 24 y 48 horas. Aunque sabemos lo mucho que se esfuerzan los agentes de soporte al cliente, también tenemos claro que, en algunas ocasiones, por motivos de fuerza mayor, estos equipos no pueden responder en un tiempo óptimo. Lo cierto es que, haya o no buena fe, el cliente es quien difunde sus impresiones y da pie a que se genere un boca a boca que puede ser perjudicial para la empresa. No obstante, también hay que entender que las reglas programadas –los chatbots varían en términos de complejidad y funcionalidad- no van a aprender sobre adaptabilidad. Los chatbots impulsados por IA podrían mejorar constantemente y ofrecer respuestas más precisas, logrando que cada vez menos usuarios sientan que sus preguntas no son comprendidas con la precisión adecuada.
“El cambio es la ley de la vida. Y aquellos que miran solo al pasado o al presente están seguros de perder el futuro”
-John Fitzgerald Kennedy.
-John Fitzgerald Kennedy.
¿Preocupado por la IA? Quizás hay un trasfondo que todavía no has considerado, el principio de un mundo plagado de innovación y capital humano aún más capacitado. Con nuestras últimas notas nos hemos dedicado a hablar sobre los vínculos entre IA, e-commerce, Blockchain y criptomonedas, pero lo más importante para nosotros es motivarte a investigar, hacerte saber que los cambios también pasan por ti, en realidad pasan por cada uno de nosotros. En el mundo de hoy es vital aprender cosas nuevas. El primer paso nace a partir de la curiosidad, llega al momento de pensar cosas como: “Hey, ¿Y qué pasa si estoy equivocado? ¿Si no es tan malo como parece?”, luego nos vamos a la lectura de artículos, libros, a las conferencias… Tómate tu tiempo, pero no te quedes atrás. La IA ha llegado para quedarse. Es mejor estar preparado, ¿No crees?
La IA ya permite que muchos proyectos puedan superarse a sí mismos y ofrecerles mejores servicios a los consumidores. La fuerza con la que esta tecnología ha irrumpido en nuestra sociedad nos ha servido como inspiración para presionarnos aún más, pensando en ofrecer un producto lo suficientemente atractivo como para que el público acuda durante años. Con el protocolo LOAD, hemos diseñado toda una estructura que permitirá a compradores y vendedores realizar transacciones en distintas criptomonedas, garantizando comisiones muy reducidas y que la comunidad pueda recibir tokens LOAD por su participación. Sí, vamos a tener presencia en la nueva generación de Internet, aprovechando lo mejor que Blockchain tiene para ofrecer y demostrando a los usuarios lo que significa descentralización.